Antes de ir a dormir, mi hija Nara siempre me pide que le cuente una historia. Algunas hablan de piratas y de islas secretas; otras, de monstruos increíbles o de lugares mágicos y espectaculares. Pero ésta no es una historia más. Todo comienza con la aparición de un globo misterioso. A veces, cuando encuentras uno de estos globos, solo es necesario dejarse llevar.